dimecres, 23 de maig del 2018

Darkness is necessary

Sun started shining today.
I feel free, unplugged from past,
renewed.

Moon is bathing with light
streets tonight.

Why doesn't it get dark?

Things may not be as they seem
by being watched under gleam.

Obscurity is necessary,
and that's why I realize
things have to be watched
forth and back.

dimarts, 22 de maig del 2018

M.Ox, 2016


Atizaba el sol sobre las techumbres cochambrosas de aquella pobre aldea. Descoloridas por el paso del tiempo, eran testigos en silencio de las vidas de sus gentes humildes, adustas y serenas. Abrasaba la tierra muerta, seca e infértil, cómplice de los pasos de los desgraciados oriundos. Desgraciaba los pocos pastos que quedaban aquel verano. Como un látigo, propinaba golpes desestabilizadores a aquellos que se atrevían a desafiar su imperio. El sudor brotaba en las frentes como el agua pura y cristalina aparece en un manantial. Con una mano se desquitaban de él, para que volviera a aparecer de un momento a otro. El gran astro dominaba el cielo, orgulloso y expectante, se situaba en su privilegiada posición y ejercía su monopolio. ¿Qué sería de las gentes sin él? Una mañana no apareció. La oscuridad se cernió sobre la aldea, que comprobó cómo la ausencia de su gran tirano propiciaba su muerte.


M.Ox, 2015


La tormenta duró más de lo previsto por aquellos cuerpos y sus respectivas almas. No cesó hasta la muerte de cada uno de ellos. El barro ascendía implacable por las enredaderas de sus moradas, hasta que fueron cubiertas casi por completo, hasta el exterminio de la blancura de las paredes, que se tornaron sucias, oscuras y agrietadas. No cesaba de llover, y la lluvia en otras épocas purificadora corrompió el verdor de sus primaveras. No existía la esperanza, sólo la certeza del hombre asumiendo su pena. Dios había castigado con su palabra férrea a aquellos desgraciados. Habían asumido el poder que siempre le había correspondido, anhelantes de falsa y devastadora libertad. El hombre volvía a su infierno de barro y mierda.


evasionydelirio.blogspot.com

Uprise

When should we leave
this hungry world?

How can we tell
which is our place?

Leave us alone,
you stupid gods,
let us discern
what's our fate.

*

Why on earth
do we live,
why the hell
do we leave?

*

Did anyone decide
to be here, among us?

Has somebody learned
why are we stunned 
by death?

L'espai en blanc que em vaig proposar plenar (sense èxit)

Tinc ganes de plenar,
amb ràbia,
amb fúria,
amb mala llet
tots els buits,
tots els espais en blanc,
tot el que siga possible
de paraules vanes,
de paraules senzilles,
de paraules honestes,
escupides, barrejades, maltractades,
desdibuixades:

desdibuixar-les
i donar-les-hi noves ales,
nous trajectes,
noves vides.

Per a que no es queden estancades.

Viatge

Tenia ganes ja d'anar asoles a l'escola. Sa mare, una dona menuda i recta, li va dir que anara amb cuidao. I ell no el va tindre.
Es va produïr allò com es produeixen les coses greus i fatals. Mala sort? No, no hi havia bona sort o mala sort. La sort no existeix als camins del senyor.
El varen soterrar humilment, càndidament, amb amor. No creien en la sort, tan sols acceptaven allò que anava passant a la vida, a la mort.

La vida per a morir,
la vida per a gaudir,
la mort com a repunt final
a una existència de plors i somriures.
A una existència marcada a foc pel destí final,
per la mort.

L'hòstia

Y se fue.

Marchó bajando las escaleras,
hasta el mismísimo infierno.

Y volvió.

Subió para recoger
los escombros que nos había dejado
desperdigados por el suelo.

Espantó
las dudas que tuvimos
tras su marcha,
tras su segunda huida.

Hacia delante.

Redolant costa avall
finalment se la va hostiar.

Carga demasiado pesada

Ipso facto.

Súbito y feroz.

El tiempo se nos echa encima,
encima, encima, encima.

No hay posibilidad 
de escapar.

O...¿tal vez sí?

Mordaz. 

Pesado, muy
pesado.

Cuidado con la espalda, niño
¡que te la vas a joder!

Sin ánimo de ofender

Paradojas,
todo
(y nada)
son contrasentidos.

Lo que sube baja,
lo que baja sube,
lo que se enreda se descuelga 
de la bonita fachada desde donde pendía.

¿Es el todo la nada?
¿No es la nada el todo?

¿Dónde veis la unidad,
                            queridos?

¿Dónde veis las ideas,
                             desgraciados?

Tanta palabra insulsa y maloliente
corrompe las ánimas
que sólo habían venido a bailar,
                                           cantar y jugar.

Dejádnos en paz, queridos.

Quedáos con vuestros palabros,
que nosotros ya tenemos bastante de que ocuparnos.

In memoriam Miguel Ox

Preludio

Todo es silencio.

Antes del caos.

Nada se inmuta.

Antes del caos.

Mundo sano, mundo libre.

Antes del caos.

¿Mundo?

Todo es silencio.

Antes del caos.


I - Cordura

Considerábame cuerdo
antes de abrir los ojos.
Cuerdo, como el poderoso,
el policía y el carcelero.


II - Delirio

Oscuridad.

Luz.

Oscuridad.

¿Dónde está la luz?


III - Reflexión 

Salí a la calle y busqué
entre los escombros podridos
encontré luces, lujo y placer.
Pude ver también mendigos.

¿Dónde estaba, pues, esa luz
que había de iluminar mi mundo?

Allí no, desde luego
pues comprendí con claridad
que mi luz existía
reprimida por la oscuridad.


IV - Muerte

Capa negra y guadaña
vinieron a velarme
y casi sin darme cuenta
partí, sin despertarme.

No recuerdo el lugar.
No recuerdo el viaje.
No recuerdo su rostro.


Finale

Recuerdo solamente
una luz
          blanca
             pura
                          hermosa.


Estantería

Ordenando mis libros, me he dado cuenta de que falta uno. ¡Qué desorden, por dios! Cuando vaya a querer hojearlo, no podré. Mi padre me dijo una vez que no todo en esta vida está subyugado a tu voluntad, y parece ser, sin lugar a dudas, que tiene razón. ¿Dónde estará el paradero del libro perdido? Me voy dejando la vida entre las páginas de mis reliquias, pero falta una, y así no puedo seguir. Lo buscaré hasta la extenuación.

Lo he encontrado, tras tres horas de intensa búsqueda. Ahora que está mi biblioteca perfecta y ordenada- ¿Qué voy a hacer? Podría leer algo, pero eso significaría descolocar la biblioteca, y por ello, no me atrevo. A veces, lo confieso, soy un poco cobarde. 

Salgo a la calle para no pensar.

Cuando vuelvo, me encuentro toda mi casa calcinada. ¡Todo el trabajo de ordenación en vano! ¡Todas mis reliquias reducidas a ceniza! Sin duda alguna, esto es una putada. Ahora ya no tendré libros que ordenar. Mi vida carecerá de sentido, si es que algún día lo tuvo. Sí, si que lo tuvo. Ordenando libros yo le daba una dirección a mi existencia, pero ahora, por culpa del fuego, no tengo libros que ordenar, ni biblioteca que adorar.

Creo que me pegaré un tiro.

No intenten hacer esto en sus casas

Fumaba con ahínco y vehemencia, viendo el minutero deslizarse entre las caladas. El tiempo, que nunca dejaría de fluir, le agobiaba sobremanera.
Él quería poder pausar de vez en cuando el reloj, tomarse un descanso de la vida frenética que se sucedía ante él. 
Planeaba desde hacía un tiempo un atentado, sin embargo, no había acabado de perfilar los detalles de este, sin duda alguna lo más importante para tal encomienda. Odiaba la sociedad moderna, líquida, cambiante pero a la vez estática, y era por ello por lo que tenía en mente atentar contra el capital y la autoridad. Quizá con algo de dinamita podía montar una auténtica obra de arte. 

''¡BUM!'' resonaba en su mente, imaginativa y pretenciosa. No quería, sin embargo, herir civiles. No era su estilo.

Finalmente, consiguió hacer volar el monumento que se había propuesto destruir, con gran gozo y satisfacción. No fue cazado por los cuerpos de seguridad del estado, para su fortuna.

Encendió un cigarrillo para reflexionar acompañado de volutas de humo...

Todo mentira

De repente, Oscuridad.

¿La ausencia de Luz?

Súbitamente, Luz.

¿La ausencia de Oscuridad?

*

Gritar nuestras mentiras
                                 frágiles
al cielo,
clamar
en vano
los exabruptos de nuestras ánimas.

Que siguen despiertas.

¿La ausencia de sueño?

*

El hombre en estado de vigilia
¿es el mismo que en estado de sueño?

*

Oscuridad

Luz

Oscuridad.

¿Qué orden podemos encontrar?

Negro, hondo e infértil

La Oscuridad acechaba. La falta de iluminación pronto se haría patente en las ánimas de aquellos desgraciados, para toda la vida, para toda la muerte. Retrocedían, lívidos, ante el suceso que habría de ocurrir, inevitable, como toda caída precipitada hacia el vacío. Asustados y (lo que era peor) presos de su condición de reos condenados al martirio, dejaban reflejar en sus ojos la desgracia de la que eran presos. Sus gestos congelados sólo daban ocasión al tímido terror, a la batalla perdida que había formado la lucha cotidiana de sus vidas, vidas que nunca recuperarían.

La tierra tembló. Los gritos infantiles hacían más ardua, si cabe, la escena. Aquellos niños nunca verían la Luz. Los adultos que les habían engendrado la llevaban en el ánima, aunque pronta a desaparecer. Nada sería lo mismo tras el suceso que había ordenado quién sabe quién. ¿Sería algún tipo de divinidad? Nunca habían glorificado nada más que lo cotidiano; el cigarro mañanero, las risas con los colegas, las victorias de su equipo de fútbol. 

La Oscuridad de la evolución acechaba, y la falta de iluminación era cada vez más notable. Los ojos de nuestros queridos desgraciados no verían de nuevo la mañana luminosa que aguardaba tras la negrura, honda e infértil, que estaba tomando sus vidas.

Uno de amor

Caos, caos, caos, caos.

Orden, orden, orden, orden.

Bonita disyuntiva.

El caos forma el orden-
                          y el orden forma parte del caos.

El amor es un caos,
donde se entrelazan vidas
para ordenarse,
caóticamente,
sin hoja de ruta
hacia un destino incierto.

¡Qué bonito el amor...!
                        desordenado.

¡Qué difícil amar...!
                        con tanto caos.

El amor es una enredadera,
que sube,
se enreda,
causa desorden
y molestias.

Pero no nos olvidemos de las vivencias
                                                       preciosas
que éste causa,
con tanto caos 
ordenado.

Entre el centro y la periferia

La tinta fluye
como fluye tu cuerpo
al lado del mío.

Los cuerpos en constante movilidad.

Lo inmóvil no existe.

¿Acaso existe Dios?

¿Existe, acaso, este grito
                                    desarrapado
en algún confín del universo?

Fluye la tinta,
fluye la sangre,
fluye el agua
por ríos que nunca serán inmóviles.

Ya lo advirtió Heráclito,
lo Uno no existe
(pero existe el Todo)

¿Y, no es, acaso, el todo Uno?

La periferia es el centro, si te alejas.

Y, el centro es la periferia
(de otro centro).

¿Dónde está el centro?
¿Acaso existe Dios?

Guerra

Trista, trista València, quina amarga postguerra!
V. Andrés Estellés



Estalló el obús. Suerte tuvieron de estar en el búnker, bajo tierra.
Dos señoras, tímidamente al principio, iniciaron una conversación banal, típica conversación para romper el hielo que les había entrado de súbito en el pecho. 
Un niño rompió a llorar. Su madre, o su nodriza (quién sabe), le acarició con ternura. El llanto infantil cesó. 
Un señor mayor se encendió un puro habano, de los buenos. Escaseaban en la guerra. 
El búnker daba una sensación de camaradería o familiaridad a todos los que en él estaban refugiados. Las miradas, llenas de miedo, se entrecruzaban de un lado a otro, como balas perdidas, entrecruzando ánimas llenas de vida, donde todo giraba en torno a la muerte.
La guerra...qué amarga guerra fraternal habían iniciado en el país. Destrozaba todo lo que a su paso pillaba. Nadie quería estar en guerra, pero todos participaban de ella. La pescadilla que se muerde la cola, al fin y al cabo.
¿Cuándo acabaría aquel martirio?
Muerte, muertos, vida, vivos, todo formaba parte de la guerra. Lo que no sabían era que, al acabar la guerra, el martirio sería quizá hasta peor. 
¡Qué amarga posguerra...!
Los muertos no la verían, los vivos la sufrirían.
¡La guerra, la posguerra...!
¡Qué amargor!

Tormenta

Mientras, el pequeño Pablo divisaba en el horizonte la tormenta que estaba por llegar. La partida de Parchís que había terminado ya le seguía dando que pensar. Quería escribir, pero- ¿cómo sería aquello? Más allá de redacciones impuestas en el colegio nunca había revelado ningún secreto a un folio en blanco. 
''¿Quién nos trae la tormenta?'', inquirió para si mismo. La lluvia, caótica, le conmovía profundamente. Lo cierto es que tenía ganas de tormenta. Las gotas y su sonido, ritmo frenético sobre la superficie, le fascinaban. Podría ser caótica, pero- ¿no estaba a la vez ordenada?.

Llegó de súbito, empapando a todo aquel valiente que se atreviera a desafiarla. Pablo salió al patio trasero de su casa, se desnudó, y bailó con su buena amiga la lluvia. Era un baile frenético y sinuoso, ajetreado pero ordenado. ''Paradoja curiosa, orden dentro de mi querido caos'', pensó Pablito, a la vez que su cuerpo dibujaba bajo el agua un bonito espectáculo, sin duda alguna digno de contemplar.

Una vez pasadas las precipitaciones acuosas nuestro querido protagonista, satisfecho consigo mismo por aquel baile caótico y ordenado, entró en su vivienda y encendió su pc. Se disponía a redactar, punto a punto y coma a coma, una historia en la cual tendrían mucho que decir aquel orden en el que caían las gotas del cielo, que, sin embargo y paradójicamente, se desmoronaban formando un bonito caos.

¿Para qué un blog?

Se acomodó frente al vetusto sillón, con la vista puesta en el inmaculado escritorio. Se disponía a escribir algo, pero- ¿qué sería?
Con la espalda erguida, comenzó a imaginar. Héroes medievales frente a existencialistas del siglo veinte, señores feudales, gatos a los cuales les faltaba alguna pata o señoritas burguesas de la era moderna. Todo desechado.
Quizá algún guión para una obra de teatro, quizá un esbozo de novela, quizá solamente un pequeño poema...¿quién sabe?
''Es complicado esto de escribir'', masculló, con un resentimiento propio de aquel que había sido alguien destacado por sus escritos y cuya fama se había esfumado, evaporado, extinguido; el candor de una etapa pasada que ya no le daba calor jodiéndole por detrás. Largo tiempo estuvo parado, su vista fija e inmóvil en el folio, hasta que le asaltó un pensamiento que creyó apto y digno de ser plasmado sobre el vacío puro, sobre el blanco intocable. 

''¿Dónde está la Luz?''

Esta pequeña cuestión le sembló apropiada para empezar, de nuevo, a escribir.

Quietud ruidosa

Todo es silencio

¿Existe el caos?

Ruido, ruido, ruido
                        demasiado   
ruido

en un mundo sin melodías.

¿No será, acaso, el silencio ruido?

Gritos asustados
estallan
en las gargantas de los presos.

Presos filosóficos.



Amar,
qué sencillo
e intrincado
parece.

(Parecer no es ser)

Las apariencias engañan.


Nada se inmuta,
todo muta,
nada es lo que fue.

Quietud ruidosa


Está en tus manos, la zurda y la diestra.
Está ahí tu voluntad.

Y sangran las manos,
fluyendo sangre
(roja, caliente y brillante)

Lávate las manos antes de cocinar.