Le brotaban de la garganta articulaciones sonoras que, de no haber conocido yo a este personaje, hubiera pensado que eran ruidos ajenos a cualquier convención social. Pero eran palabras. Me detuve a escuchar, con paciencia, aquello que el protagonista de este pequeño texto trataba, no sin éxito, de comunicar.
"És ja tard, noi. Tanca les finestres. Són més de les deu, van a ser i mitja."
Obré de acuerdo a su voluntad, resignado. Cerré con ahínco las ventanas.
Ya estábamos a oscuras. Joder. A oscuras.
La mañana siguiente aquel despojo había perecido y desaparecido. No quedaba ni rastro de él en la estancia. Creo que quizá había decidido evaporarse, pasar de un estado primero sólido, luego líquido, para terminar siendo un negro humo que se habría disuelto entre el aire puro de la noche, que no distingue de colores.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada